Una vez más Bilbao me recibía con los brazos abiertos, en esta ocasión con un grupo fotógrafos venidos de varias partes del norte de España, por lo que la experiencia, como siempre, fue fantástica por una ciudad que me encanta. El día nos regaló unas primeras dos horas de lluvia que salvamos convenientemente haciendo explicación dentro de una cafetería mientras dejábamos pasar el aguacero. A partir de ahí, comenzamos a movernos por las calles de Bilbao practicando lo explicado.
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Comenzamos en las cercanías al Teatro Arriaga bien pegados a la Ría. Desde allí, tras una introducción técnica de mi forma de fotografiar para comenzar a hacer a la cámara menos importante y ser capaces de anticipar mejor las fotos a conseguir, arrancamos nuestra caminata. Estos primeros instantes son necesarios, porque hablar de narrativa según la focal, de cómo encarar este tipo de fotografía en la ciudad y muchas cosas más que se comentan, son claves para asentar bien las cosas que después estaremos practicando el resto del día.







Tras la comida continuamos el recorrido hacia otras zonas de la ciudad. Lo bueno que tiene Bilbao es que puedes cambiar totalmente de ambiente en pocos minutos, y de esa forma encontrarnos situaciones distintas sin sentir que estás en zonas similares. Esto siempre da rienda suelta a explicar diferentes escenas, de mirar de modo más creativo y jugar con la visión fotográfica de cada asistente.







Me acompañó durante todo este taller mi Fujfilm X-T3 junto al Fujinon 23mm f2








