Málaga es una de las ciudades de España en donde más disfruto fotografiando en los últimos años. De hecho, esta era la cuarta ocasión en la que llevaba mi taller de Inmersión en fotografía de Calle allí. Y para los que no pudisteis venir, ya os aviso que habrá una quinta entrega muy posiblemente hacia el final del año. Así que estad atentos a la newsletter o al calendario de Talleres en la web 😉
Para esta ocasión, me llevé como viene siendo habitual este año, mi querida Fujifilm X-T3 junto al Fujinon 16mm f2.8 de cara a estar cerquita y hacer las cosas más divertidas e interesantes. Pero lo fundamental era que los asistentes aprendieran y se lo pasaran bien, por lo que arrancamos dos días de tiempo variable y luz cambiante que nos vino genial para explicar de todo.






El sábado comenzamos de parte tarde para enfrentarnos a un día incierto con muchas nubes y poco sol. De hecho arrancamos con algunas leves gotas de lluvia, que por fortuna terminaron muy pronto por nuestra comodidad. La ciudad quedó algo oscura, sobre todo por la parte antigua y sus callejones. Eso nos obligó a presionar nuestras cámaras para conseguir llevar a imagen nuestra visión, y esto consiguió que el grupo se empezara a soltar poco a poco.






La sombra es más desafiante que la luz. Esto implica componer con todo lo que vemos y situar los elementos con mucho cuidado. Actuar rápido y de forma natural es tan importante como estar Siem,pre observando tu entorno, Buscar bonitos escenario y elementos interesantes en las calles de Málaga es sencillo, pero encontrar el momento y sujeto adecuados no es fácil en ningún lugar del mundo. Eso hizo que todos disfrutásemos y aprendiéramos al mismo tiempo.
La noche terminó por alcanzarnos ofreciendo un escenario totalmente distinto al de la tarde. La ciudad se transforma y eso nos da la posibilidad de jugar con elementos distintos y una luz diferente con la que componer y jugar.





El domingo todo cambió. El sol apareció y aunque tuvimos muchos momentos de «sol y sombra» eso le dio un toque más dulce y más interesante a la luz. Málaga es una ciudad preciosa con mucha vida en cualquier lugar, y eso siempre es de agradecer en este tipo de fotografía en donde las personas te arrancan o te sugieren las historias.







Dos días fantásticos que compartí con un grupo estupendo con algunas caras conocidas y otras que pude conocer. Un placer siempre trabajar en el sur de España, en mayo llegará Sevilla y seguro que a final de año repetiré por Málaga.
