Una de las ciudades que más agradables me resultan para impartir Talleres de fotografía de calle siempre ha sido Bilbao. Es una ciudad que en lo personal me gusta por muchas razones y en donde siempre he encontrado grupos muy entusiastas y con muchas ganas. Este sábado no fue una excepción, así que como imaginarás, el taller fue estupendo.
Si quieres asistir a cualquiera de los próximos talleres de Inmersión en Fotografía de Calle previstos en distintas ciudades de España, no te lo pierdas, echa un vistazo al calendario de talleres.






Comenzamos en las escaleras cercanas al Teatro Arriaga bien pegados a la Ría. Desde allí, tras una introducción técnica de mi forma de fotografiar para comenzar a hacer a la cámara menos importante y ser capaces de anticipar mejor las fotos a conseguir, arrancamos nuestra caminata. Estos primeros instantes son necesarios, porque hablar de narrativa según la focal, de cómo encarar este tipo de fotografía en la ciudad y muchas cosas más que se comentan, son claves para asentar bien las cosas que después estaremos practicando el resto del día.






Bilbao nos regaló un día de mucho sol y de muchas posibilidades. En lugar de entrar directos al casco viejo, continuamos nuestro camino por la ría guiados por la luz y por las posibilidades que esta nos ofrecía. Bilbao estaba lleno hasta los topes, por lo que no había calle, rincón o plaza, en donde no encontráramos historias que capturar.
Tras la comida continuamos el recorrido hacia otras zonas de la ciudad. Lo bueno que tiene Bilbao es que puedes cambiar totalmente de ambiente en pocos minutos, y de esa forma encontrarnos situaciones distintas sin sentir que estás en zonas similares. Esto siempre da rienda suelta a explicar diferentes escenas, de mirar de modo más creativo y jugar con la visión fotográfica de cada asistente.






Poco a poco ibamos perdiendo la intensidad de la luz solar y nos adentrábamos en la noche. Sin embargo, el día se va haciendo más largo y no llegamos a ser engullidos por la noche bilbaína por completo. Eso lo dejaremos para otro momento.



Me acompañó durante todo este taller mi Fujfilm X-T3 junto al Fujinon 16mm f2.8.
