Suena emocionante y gratificante volver a mis Talleres de inmersión en Fotografía de Calle en Bilbao. Es maravilloso reencontrarse con asistentes anteriores y tener la oportunidad de conocer nuevos fotógrafos apasionados. Explorar las calles de una ciudad que te apasiona mientras compartes tu conocimiento y disfrutas de un ambiente creativo es una experiencia muy enriquecedora.
Aunque el calor fue intenso por la mañana, es reconfortante saber que mejoró a mediodía, lo que permitió disfrutar de un día completo de fotografía, risas y diversión. No hay nada como estar rodeado de personas con intereses similares, compartiendo momentos agradables y creando recuerdos juntos.
Explorar las calles estrechas y con encanto del casco viejo de Bilbao, así como los espacios cercanos a la ría, suena como una oportunidad maravillosa para capturar la esencia de la ciudad. Aunque la luz dura puede plantear un desafío, encontramos formas de trabajar con ella en lugar de luchar contra ella.
La fotografía callejera requiere adaptabilidad y la capacidad de aprovechar las condiciones de luz disponibles. Comprender las cualidades de la luz y aprender a trabajar con ellas es fundamental para lograr resultados interesantes. Buscar y explorar diferentes ángulos, sombras y contrastes, es posible descubrir oportunidades fotográficas únicas y capturar momentos especiales en medio de la luz dura.
El momento de la comida durante los talleres no solo sirve para descansar, sino también para seguir compartiendo y discutiendo sobre fotografía. Es un momento perfecto para explicar el flujo de trabajo, brindando a los participantes una oportunidad de aprender de mi propia experiencia.
Comentar algunas fotografías tomadas durante la mañana durante el almuerzo agrega un toque emocionante y práctico a la experiencia. Es una excelente manera de mostrar a los participantes cómo se puede mejorar una imagen a través del análisis pausado.
La tregua del calor de la tarde brinda un alivio bienvenido, permitiéndoles continuar explorando las calles de Bilbao en zonas más modernas, como los alrededores del Museo Guggenheim o la Torre Iberdrola. Estos lugares icónicos seguramente ofrecen una amplia gama de oportunidades fotográficas para capturar la esencia de la ciudad de una manera diferente. Y recorrer la Gran Vía, con su característico ajetreo de personas en un típico sábado por la tarde, completa el día con una experiencia auténtica y vibrante. Capturar la energía y la vida cotidiana de la ciudad en esas circunstancias puede ser emocionante y desafiante al mismo tiempo.
En resumen, fue un día lleno de aprendizaje, exploración y diversión. La combinación de compartir conocimientos, hablar y tomar fotografías, así como seguir descubriendo las calles de Bilbao seguro que ha dejado una impresión duradera en los participantes y ha creado recuerdos inolvidables en una ciudad muy inspiradora!
Todas las fotografías tomadas y publicadas fueron obtenidas con una Fujifilm X-T3 junto a un Fujinon XF 23mm f2 WR. Visita mi calendario de Talleres con las nuevas fechas ya publicadas.
Rober Tomás 