Málaga se ha convertido en una de mis ciudades favoritas de España para fotografiar en los últimos años. Tanto es así, que esta ya fue la cuarta vez que llevé mi taller de Inmersión en Fotografía de Calle a esta maravillosa ciudad. Y si te lo perdiste, ¡no te preocupes!
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Para esta ocasión, como ya es costumbre este año, me acompañó mi inseparable Fujifilm X-T3 junto al Fujinon 23mm f2, una combinación perfecta para estar cerca de la acción y hacer que las imágenes sean más dinámicas y emocionantes. Sin embargo, lo más importante era que los asistentes disfrutaran y aprendieran al máximo, y eso es exactamente lo que logramos en dos días llenos de luz cambiante y clima variable, perfectos para explorar todas las posibilidades creativas.






El sábado arrancamos por la tarde con un día incierto: nubes espesas, poco sol y hasta unas leves gotas de lluvia al principio, que por suerte no duraron mucho. Este ambiente más oscuro, especialmente en las estrechas calles del casco antiguo, nos retó a exprimir nuestras cámaras para capturar nuestra visión. Estas condiciones ayudaron al grupo a soltarse, porque trabajar con sombras exige atención al detalle, cuidado en la composición y rapidez en la ejecución. Málaga tiene escenarios maravillosos, pero encontrar el momento y el sujeto ideal es un desafío en cualquier rincón del mundo. Esa búsqueda constante hizo que todos disfrutáramos mientras aprendíamos.






La noche nos trajo un escenario completamente diferente. La ciudad, iluminada por luces artificiales, se transforma y nos invita a jugar con nuevas texturas, colores y composiciones. Fue el cierre perfecto para un día de pura inspiración.




El domingo llegó con un cambio radical: un sol brillante que bañó la ciudad, ofreciéndonos ese juego de «sol y sombra» tan característico, que aporta un toque dulce y muy especial a la fotografía. Málaga, con su vitalidad y energía, es un paraíso para los fotógrafos callejeros. En cada rincón encuentras historias que las personas te inspiran o te cuentan sin palabras.
Fueron dos días fantásticos con un grupo increíble, lleno de caras conocidas y nuevas amistades. Siempre es un placer trabajar en el sur de España, y Málaga, una vez más, no decepcionó. ¡Gracias por ser tan fotogénica y acogedora!
