Un septiembre más, el primer taller después de vacaciones en la ciudad de Madrid. Un lugar increíble para explorar con la cámara y descubrir historias fascinantes a través de sus calles y su gente. Esta vez, estuve acompañado por un grupo maravilloso de fotógrafos, con quienes compartí una jornada inolvidable de fotografía urbana.
Si estás interesado en los próximos talleres, ya sea en Madrid u otra ciudad, te invito a consultar el calendario en esta web y reservar tu plaza cuanto antes.





El calor nos obligó a ajustar tanto la ruta como las actividades. En verano, es común tener una luz intensa y dura durante gran parte del día, lo que podría hacer pensar que es fácil enfrentarse a estas jornadas. Sin embargo, el reto real es que nadie, absolutamente nadie, camina bajo el sol en esta época. Así que más que pensar en la luz, tuvimos que centrarnos en las sombras. Aun así, encontramos varios lugares donde pudimos jugar creativamente con la luz.








La clave siempre es entender la luz y la composición para ofrecer nuevas ideas y herramientas a los asistentes, ayudándoles a desarrollar su visión fotográfica. La creatividad y la habilidad para descubrir escenas interesantes en lo cotidiano son aspectos fundamentales en estos talleres. Cada fotógrafo tiene un estilo único, lo que permite un enfoque personalizado, algo que los grupos reducidos facilitan.








Al final, resultó ser un día de fotografía veraniega muy enriquecedor. Madrid estaba más llena de turistas que de locales, y aunque el sol fue intenso, no nos afectó tanto como esperábamos. Sin duda, fue una jornada llena de fotografía y diversión, perfecta para comenzar las vacaciones con una sonrisa.








Todas las fotos fueron tomadas con una Fujifilm X-T3 y un Fujinon 23mm f2.
