Recorrer las calles de mi propia ciudad acompañado por un grupo de fotógrafos entusiastas con muchas ganas de aprender puntos de vista diferentes es una de mis pasiones. Este fin de semana tuve la suerte de volver a hacerlo. Zaragoza se convirtió en un teatro en el que encontrar escenas distintas, apasionantes y divertidas.






Hay varios objetivos en cada taller que imparto, primero que los fotógrafos que asisten entiendan cómo se mueve la ciudad y cómo hacer que la cámara casi desaparezca de la ecuación. Este punto es importante para ganar agilidad que convierta en fotografías ese caos siempre reinante en las calles.






El siguiente punto importante es comprender la luz, sus cualidades básicas y cómo interpretarlas para poder utilizarla correctamente a la hora de construir fotografías. Bien por pura composición o por auténtica reacción a lo que te llega de improviso.
Si quieres asistir a cualquiera de los siguientes Talleres de Inmersión en Fotografía de Calle que tengo previstos en el calendario, echa un vistazo a la web y reserva ya mismo tu plaza.
La actitud que debemos mantener al fotografiar en la ciudad es uno de los puntos también importantes, os diría que mucho más que cualquier aspecto técnico que podamos explicar en cámara. Y es que la empatía, la educación y el buen rollo siempre tiene que estar por delante de cualquier circunstancia. Al menos es lo que yo enseño y lo que me esfuerzo por demostrar en cada taller que imparto. La ética de cada fotógrafo es crucial para este tipo de fotografía.






Los talleres a los que dedicamos una jornada completa, siempre tienen ese momento de la comida en la que reímos, seguimos hablamos de fotografía, damos pequeños tips a cada uno, repasamos lo hecho hasta ese momento y hablamos de mi flujo de trabajo y de mi filosofía de revelado y edición.

Una cosa que me encanta es ver como al final de cada taller, al echar la vista atrás es como haber pasado el día con un grupo de amigos que comparten la misma pasión por la fotografía y por expresar de forma creativa sus impulso y sensaciones a través de sus imágenes. Una gozada y un privilegio.
Todas las fotografías fueron tomadas con mi fiel Fujifilm X-T3 junto al TTArtisan 23mm f1.4