El sábado pasado me lancé a Madrid para una nueva edición del taller de Fotografía de Calle. Madrid, esa ciudad que siempre trata bien a los amantes de capturar su esencia. Es un escenario vibrante donde convergen todo tipo de personas, ofreciéndonos un lienzo infinito para explorar nuestra creatividad a través de la lente.
Y si te perdiste este taller, ¡no te preocupes! Tengo más en el calendario este año, así que no dudes en echar un vistazo.





La diversidad de los participantes nunca deja de sorprender. Apasionados de la fotografía que buscan exprimir al máximo su creatividad en un entorno tan dinámico y emocionante como la ciudad.
El taller nos ofreció de todo. Desde algunas nubes matinales hasta un sol radiante que nos permitió jugar con la luz y crear composiciones fascinantes. Fue una oportunidad perfecta para que los asistentes experimentaran con la luz de forma práctica.





La pausa para el almuerzo siempre es un momento para charlas interesantes, tanto sobre fotografía como sobre otros temas. Pero lo que nunca falta son las risas y el buen ambiente que nos acompaña durante todo el día. Es una ocasión única para conocer mejor a cada uno del grupo, compartir inquietudes, metas y resolver dudas después de una mañana de fotografía.





La tarde resultó aún más fascinante que la mañana. Con un sol radiante y el calor típico de Madrid, nos enfrentamos a una luz intensa y una multitud de personas recorriendo la Gran Vía.





Todas las fotos fueron tomadas con mi Fujifilm X-T3 y el Fujinon 16mm f2.8
