Se asomaba la primera jornada de lluvia en Zaragoza después del calor extremo soportado este verano en la ciudad del cierzo. Y allí estábamos nosotros, un grupo de valientes llegados de Barcelona, Madrid y de la propia capital aragonesa para desafiar a las “danas” cámara en mano. Todos preparados para una nueva Inmersión en Fotografía de Calle en mi ciudad con la misma ilusión que si tuviéramos un sol radiante sobre nuestras cabezas.
Si quieres venir a los siguientes Talleres de Inmersión en Fotografía de Calle en Zaragoza en cualquiera de las ciudades en las que tengo uno programado, visita el calendario en mi web.







El recorrido que propuse fue diferente al que podríamos haber hecho con sol, pero la lluvia intermitente, que no fue tan severa como se preveía, solo hizo que llevásemos abiertos los paraguas en determinados momentos. El global del día fue fantástico. Disfrutamos de un gran día de fotografía trabajando una luz distinta. En un entorno urbano en el que se respiraba otro ambiente distinto al veraniego, todos nos esforzamos por capturar y congelar escenas desde un punto de vista más creativo.







Como en todos los talleres, realizamos una parada para comer en la que disfrutamos juntos de una charla distendida y siempre relacionada con la fotografía, los viajes y nuestras experiencias. Es un momento de descanso y de cargar pilas, en este caso, nos coincidió con el momento en que arreciaba la lluvia, por lo que salvamos ese momento a la perfección.
Todas las fotografías fueron tomadas con mi Fujifilm X-T3 junto a Fujinon 23mm f2 WR
Al salir retomamos nuestra búsqueda y pude transmitir mi visión fotografía y mi flujo de trabajo a los asistentes, muchos de ellos prácticamente amigos después de haber repetido en varios talleres y viajes fotográficos en distintas ciudades.





Completamos el día con una parada para tomar un café y de ese modo poder explicar mi proceso de revelado y edición fotográfica. En resumen, fue un día muy interesante de fotografía, distinto por la lluvia, pero más estimulante por eso mismo. Lo mejor, el grupo y las posibilidades creativas que compartimos entre todos. Sin duda, una gran “vuelta al cole” para arrancar un nuevo curso fotográfico que se promete intenso y divertido a partes iguales.
