Un nuevo mes de diciembre en Zaragoza, un nuevo día frío y con tintes invernales, una buena oportunidad para reunirme con un grupo de fotógrafos valientes que decidieron acompañarme en un nuevo Taller de Inmersión en Fotografía de Calle por las calles de mi ciudad. Como siempre, un auténtico privilegio fotografiar en Zaragoza y mejor, cuando es bien acompañado.
El día no prometía sol y desde luego no lo tuvimos en ningún momento. Siempre que la luz es totalmente difusa y sin demasiada intensidad, tenemos que hacer un sobreesfuerzo compositivo de forma que podamos construir fotografías en las que las sombras y las altas luces estén más equilibradas.
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Sin duda, una de las cosas más interesantes de esta época del año, es que la segunda parte del día, poco después de la pausa para comer, las luces de la ciudad son las que comienzan a ganar la batalla y convierten Zaragoza en algo totalmente diferente. Fotografiar de noche es una gozada en esta época del año en que la Navidad se asoma ya con fuerza y sus luces inundan las calles de la ciudad.
Como en todos mis talleres de Inmersión en Fotografía de Calle, los puntos claves que trabajamos durante todo el día son: entender y utilizar la luz de forma creativa, hacer que la cámara «desaparezca» de nuestra mano, componer de forma diferente y atrevida, así como experimentar para construir herramientas visuales nuevas que aporten a la visión fotográfica de cada asistente. Cuando tienes un grupo entusiasta que te acompaña, todo esto se traduce en disfrutar de un día espectacular de fotografía. ¡Gracias Zaragoza!
Todas las fotografías que publico y que hice durante el taller fueron tomadas con mi configuración habitual de mi Fujifilm X-T3 y el Fujinon xf23mm f2.
Rober Tomás 