Valencia es una ciudad a la que he ido con mis talleres de fotografía de calle ya unas cuantas veces en los últimos años. Recuerdo a cada persona que ha pasado por mis grupos, porque siempre han sido días fantásticos de fotografía, en la que he podido explicar mi visión fotográfica y compartir la de otros. Este fin de semana ha sido especial «por dos».

Tras entablar relación con el Fotoclub de Valencia, organizamos un fin de semana con un taller fotográfico doble, en el que pudiera venir la gente del club, pero que también estuviera abierto al público en general que quisiera venir. Finalmente se formaron dos grupos, sábado y domingo, con los que disfrutamos doblemente de la ciudad.

Aunque Valencia tiene muchos rincones diferentes, barrios con un aroma muy distinto entre sí, a mí me gusta en especial los barrios más céntricos. Tienen un toque de arte urbano, decadencia, alboroto y esa pizca de caos necesaria para poder disfrutar de la fotografía más urbana.

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Como suele ser habitual, Valencia nos regaló dos días de sol y buen tiempo. Por ello, pudimos trabajar con una luz muy bonita e interesante. Además, por la época del año en la que nos encontramos, el hecho de ver caer la noche mucho antes, hizo que pudiéramos disfrutar de todos los estadios de luz del día y terminar el taller por la noche. Una experiencia diferente para la mayoría y al mismo tiempo muy interesante, ya que la noche lo cambia todo.

En resumen, fueron dos días de fotografía muy intensos con los grupos diferentes pero con las mismas ganas de aprender, divertirse y fotografiar en un entorno tan emocionante y divertido como son las calles de Valencia. Un auténtico placer que espero repetir este año que viene en una nueva edición de mis Talleres de Inmersión en Fotografía de Calle en esta ciudad tan especial para mí.

Todas las fotos que muestro en este artículo se tomaron con una Fujifilm X-T3 junto a un Fujinon 23mm f2 WR