Una de las ciudades que más me gustan en lo personal y que más disfruto visitar es Bilbao. Tiene una pizca de todo, de lo más antiguo y pintoresco a lo más moderno y llamativo. Pasear cámara en mano por sus calles, avenidas, plazas y por su Ría, siempre es sinónimo de llevarte fotografías interesantes. Lo más interesante es que la ciudad te propone tantas cosas que si no consigues hacer las cosas bien, no te quedan excusas. Bilbao siempre exige por su majestuosidad y eso te ayuda a crecer.





En esta ocasión veraniega, un grupo de fotógrafos talentosos y con muchas ganas de probar cosas nuevas, me acompañó en este nuevo taller. Tras haber tenido alguna que otra nube durante la tarde del taller de mayo en Bilbao, en esta ocasión tuvimos sol todo el día, lo que nos exigió a la hora de sacar lo mejor de la luz.





Sin embargo, como antes comentaba, Bilbao está lleno de rincones y de lugares en donde puedes moldear y jugar con la luz para encontrar momentos interesantes que fotografiar. La fotografía de calle más compositiva te obliga a ordenar lo que te rodea en función de una idea, pero si la luz no acompaña la foto es más anodina. Esto hace que las cosas se pusieran muy interesantes por momentos, y sin duda, todos los asistentes hicieron muy buen trabajo durante la jornada de fotografía.




Está mal que yo lo diga, pero si podéis acercaros a uno de mis Talleres, hacedlo, no os vais a arrepentir. Estoy seguro que seré capaz de enseñaros a mirar la ciudad de forma diferente y creativa, pero sobre todo estoy seguro de que pasaréis un día divertido e inspirador, ya no por mí, sino por las sinergias que se crean entre todos los asistentes al taller.





Todas las fotografias fueron tomadas con una Fujifilm X-T3 junto a una Fujinon XF 23mm f2 WR.





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