El Taller de Zaragoza de este mes de junio se dividió en dos pares diferenciadas en cuanto a la luz con la que trabajaríamos. La primera parte se realizó aprovechando la luz del día, desde luz dura a difusa, ya que el sol se fue ocultando conforme pasaba la mañana.
Lo interesante de esta parte era aprender a tener la cámara siempre lista y que no nos frenara la técnica. Trabajamos mucho la composición y el uso de la luz para encontrar nuestras fotografías. En algunas intentando explicar lo que veía cada uno, y en otras intentando sugerir más que resolver dudas.
Siempre que trabajo en Zaragoza con un grupo de fotógrafos entusiastas como el del sábado me anima mucho, porque en seguida ves cómo van tomando ideas y ves cómo las aplican cada uno a su manera. Todas las integrantes del grupo hicieron un muy buen trabajo. Zaragoza es una ciudad muy especial para fotografiar porque tiene una gran cantidad de posibilidades si sabes aprovecharlas. Las zonas más clásicas del casco viejo, mezcladas siempre con nuestra visión e imaginación, hacen siempre que cada vez que paseas por sus rincones se consigan fotografías interesantes y distintas.
Por la tarde comenzamos un Taller distinto en cuanto a la luz con la que trabajaríamos. Partiendo de una hora cercana al anochecer nos meteríamos poco a poco en la noche, teniendo que buscar otra clase de narrativa, en este caso y a mi modo de ver, incluso más interesante que por el día.
El grupo de la tarde fue completamente diferente y eso hizo que regresara a cierto rincones que habíamos visitado durante el día, pero en esta ocasión, encontrando una luz que aportaba aspectos compositivos muy diferentes. Siempre digo que la noche lo cambia todo, y no solo porque tengamos que esforzarnos más en cuanto a lo que le pedimos a nuestro equipo, si no porque conseguimos un ambiente y un toque distinto y con mucho encanto.
Zaragoza de noche es una maravilla y siempre es un placer regresar a mi ciudad a impartir este tipo de talleres, que en otros momentos del año también realizo en otras ciudades, sobre en las que hacemos dos días de taller, como Sevilla, Málaga o Valencia.
Todas las fotografías, tanto las de día como de noche, fueron tomadas con una Fujifilm X-T3 junto a un Fujinon XF 35mm f1.4.
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Rober Tomás 