No puedo negar que cuando hago cualquier tipo de trabajo en mi ciudad, Zaragoza, se me llena el alma de buen rollo y me desborda la alegría. Soy muy de mi tierra y ojalá pudiera trabajar más en ella por lo que me apasiona de norte a sur. El taller de Inmersión en la Fotografía de Calle siempre da para fotografías interesantes y para aprender de la luz, de la composición rápida y el captar momentos interesantes para cada asistente.





En unos días de pilares raros, disfrutamos de un gran día de sol y de cierzo que nos permitió encontrar situaciones divertidas y distintas. En cualquier otro año, un día como este, todas las calles de la ciudad estarían llenas hasta los topes, casi teniendo dificultades para andar por ellas, por lo que nos aprovechamos, pudiendo fotografiar con más pausa, aprendiendo distintas técnicas y formas de componer en la ciudad.





Los grupos siempre son reducidos, para mantener la seguridad y la personalización, tener tiempo para todos hace que el buen rollo reina siempre en los talleres y todo el mundo disfrute por igual.






Compartimos distintas formas de enfocar la fotografía de calle, de contar cada uno sus propias historias y divertidas charlas que hicieron de este taller un día fantástico de fotografías para todos.





Todas las fotografías fueron tomadas con una Fujifilm X-T2 junto a un Fujinon 23mm f2.