Un día de luz espectacular y de mucho alboroto de gente y turismo en Barcelona fue lo que nos esperaba cuando me reuní con el grupo de fotógrafos que me esperaban en el punto de reunión el pasado sábado por la mañana. La ciudad la teníamos dispuesta, las baterías las llevábamos cargadas y la tarjeta de memoria vacía para recibir las fotos que tomaríamos durante le día.






Como cada vez que visito Barcelona, la ciudad se convierte en un fantástico campo de juego para experimentar con nuestras cámaras y un excelente gran teatro para conseguir escenas estimulantes.






Si quieres asistir a uno de los grupos reducidos en estas Inmersiones en Fotografía de Calle y realizar un Workshop de fotografía de calle conmigo, visita el calendario de Talleres en la Web para encontrar el tuyo y reservar plaza.






Exploramos desde las callejuelas más angostas hasta las avenidas más amplias y las plazas más llenas de gente. Barcelona rebosaba de vida y nosotros estábamos decididos a aprovechar cada momento. Nos dio tiempo para todo: para conversar y mostrar el método de trabajo que me ha acompañado durante tantos años, mi manera de revelar, de organizar y de preservar mi archivo. Aspectos complementarios a la toma fotográfica, pero igual de cruciales.






En esta época del año, los talleres ofrecen la oportunidad de disfrutar de sesiones con un clima variable pero desafiante para todos, lo cual puede ser un incentivo si aún estás considerando apuntarte. Barcelona se transforma, convirtiendo sus calles en escenarios de película para nuestra imaginación. Es el lugar perfecto para culminar un intenso día fotográfico en una ciudad fantástica que siempre me recibe como si fuera mi hogar.





Todas las fotos las tomé con una Fujifilm X-T5 y un Voigtländer 23mm f1.2
