Oviedo era una de esas ciudades que quería visitar ya desde hace un tiempo, cámara en mano y acompañado de un grupo de fotógrafos entusiastas. Y por fin, este fin de semana lo conseguí cumplir. Las calles históricas, elegantes y llenas de vida, nos llevaron al grupo por una Oviedo distinta y diferente gracias a un punto de vista fotográfico que convirtió la ciudad en casi un escenario de película.
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En este caso, el taller se dividió en dos partes. Durante el sábado, afrontaremos la tarde y los últimos rayos de sol con emoción. El tiempo fue muy variable desde el primer minuto y el sábado nos ofreció un poco de todo, salvo lluvia. Y es que ya sabéis los que me conocéis que tengo algo de mano con el tiempo, y siempre va mejorando para permitirnos realizar el taller de la mejor manera posible. El sábado fue un día de sol y nubes, de repente teníamos una luz potente y dura, y al minuto había cambiado por un cielo totalmente encapotado.
Este hecho, que se fue repitiendo todo el día, fue algo muy importante para poder trabajar con distintos tipos de luz y permitirnos de ese modo mostrar y enseñar distintos formas de utilizar y trabajar la luz en la calle. Además, nos permitió estar mucho más atentos a todo lo que nos rodeaba, y usar los rincones, calles y plazas de Oviedo de una forma que ni en mis mejores esperanzas tenía contemplado.
El domingo proseguimos el taller. Aprovechamos que este día sí que la lluvia se hizo presente en Oviedo, para comenzar el día tomando un almuerzo juntos y sacando el portátil para enseñar el flujo de trabajo, la categorización y ordenado de las fotografías, así como el revelado que suelo hacer. Algo muy importante esta parte del taller, que me permitió trabajar las fotos de uno de los miembros del grupo y consiguiendo varias sorpresas y sonrisas al ver el gran trabajo, no solo de él, sino del resto de compañeros.
Paraguas en mano, cerramos la última parte del día visitando las plazas y calles cercanas al mercado y a la plaza del Fontán, en donde nos pudimos llenar de vida y de caos. Así pues, disfrutamos del trabajo con los grandes angulares y la posibilidad de trabajar por capas y explicar la mejor manera de conseguir complejidad manteniendo el orden en este tipo de fotografías.
Una maravilla haber regresado a Asturias, tras el taller que realicé en Gijón en el 2019. Espero seguir visitando ciudades más grandes, medianas y pequeñas, siempre acompañado por un grupo de fantásticos fotógrafos y fotógrafas siempre dispuestos a disfrutar, aprender y fotografiar a mi lado.
Todas las fotografías fueron tomadas con una Fujifilm X-T3 junto a mi querido Fujinon 16mm f2.8
Rober Tomás 