Los talleres de fotografía urbana en Barcelona siempre son interesantes porque encuentro en sus calles todo y nada a la vez. Y digo esto por lo incontrolable de sus rincones, de sus gentes, de lo impredecible que es la vida en sus barrios, y por ello, siempre nos regala sorpresas interesantes.
En este caso, el taller se dividió en dos partes. Dedicamos la mañana a entender la importancia del peso visual en la composición de las fotografías. Esto, sumado al escenario caótico que os comentaba al principio, el hecho de salir a fotografiar a la calle y no disponer más que de algunos segundos para componer la escena y trabajar con los sujetos, se convirtió en un entrenamiento perfecto que trabajamos para conseguir mayor potencia visual en nuestras fotos. Y, casi os diría, lo más importante, hacer nuestras las fotos y no dejarlo todo al azar.
Tras una comida llena de risas, anécdotas y mucha charla fotográfica, continuamos por la tarde con el taller de retratos en exterior. Realizamos un aprendizaje de menos a más. Primero trabajando los distintos planos, las poses, la forma de manejar al modelo, todo ello con luz natural. Tras ese primer juego de roles en los que los asistentes eran fotógrafos y modelos, pasamos a explicar el uso del flash de reportaje para conseguir retratos más potentes.
Un día muy interesantes y que disfruté con un grupo de fotógrafos entusiasta y con muchas ganas. Con ganas de regresar el 4 de abril a Barcelona para descubrir nuevos rincones, ya que haremos cambio de ruta y forma de fotografiar.
Todas las fotos que os muestro se tomaron con una Fujifilm X-T2 y un Fujinon 23mm f2 WR
Próximos talleres fotográficos:
Rober Tomás 